Tendencias del turismo de lujo

Ostelea, School of Tourism & Hospitality ha presentado este mes de agosto el informe “Turismo de lujo: retos y oportunidades”, elaborado por el Dr. José Antonio Mansilla, profesor de investigación del Grupo de Investigación Interdisciplinar GRIT-Ostelea, que además de realizar un esbozo sobre el perfil que define al turista de lujo, recoge una recopilación de 15 tendencias que prevén, marcarán el paso en los próximos años.

El turista de lujo, es un profesional de entre 30 y 40 años, con idiomas y un mayor conocimiento que la media sobre el destino al que quiere viajar. Suelen tener un nivel de ingresos superiores a los 150.000 euros anuales, acostumbra a repetir destino y alojamiento y suele concentrar sus viajes entre los meses de agosto y diciembre.

  • Una apuesta por lo local: este tipo de turista antepone la experiencia a otros elementos y desea verse inmerso, sentirse parte del destino. Desean conocer las perspectivas locales, historias y establecimientos que permanecen fuera de los itinerarios más trillados.
  • Auténtico, pero sin renunciar a la comodidad: apuestan por el “sentido del lugar”, pero con todas las comodidades que podrían encontrar en otros destinos más convencionales.
  • Personalización: son los detalles los que cuentan. La idea de la individualidad, esto es, que el viaje se sienta como único, que el viajero perciba que existe una total dedicación hacia él.
  • Estando a la última: lo más moderno es lo más buscado, sin olvidar que el servicio debe ser extraordinario.
  • Sorpresas diarias: muchos viajeros desean llegar a su destino, alojarse en un gran hotel, pero sin planes cerrados, dejando que los días y la actividades sean consultadas, consensuadas y diseñadas sobre la marcha.
  • Una mirada ética: Este tipo de turista está interesado en que su visita se enmarque en actuaciones y proyectos con grandes propósitos, esto es, poco impacto medioambiental, apoyo social, etc.
  • Combinaciones inesperadas: que normalmente no tienen nada que ver con lo que se espera de un determinado destino.
  • Diversión con comida: destinos que destacan la vertiente gastronómica y añaden algún elemento diferente, están de moda.
  • Planificación a largo plazo: el viajero se pone en manos de profesionales que le diseñan actividades para varios años, teniendo en cuenta los cambios de edad de los niños, los nuevos destinos emergentes, la situación política internacional, etc.
  • Dejar el destino a la suerte: elegir el destino en función de un evento, un artículo reciente en la prensa, etc.
  • Lugares exóticos: este tipo de viajero busca nuevos destinos, alejados de aquellos más maduros y con un alto componente de originalidad.
  • Servicios auxiliares para todo: estos servicios facilitan todos los detalles al viajero.
  • El toque humano: los viajeros quieren relacionarse con otros viajeros, no sentirse simplemente como números en la cuenta de beneficios de las empresas turísticas. Valoran enormemente las conexiones personales.
  • El arte es la nueva cocina: Los hoteles se convierten en galerías de arte e incluso cuentan con artistas residentes.

En resumen, las tendencias continuarían una senda ya marcada por otros tipos de turismo donde lo local, lo exótico, lo personal y lo ético, entre otras cuestiones, se dan la mano para generar un producto auténtico y de calidad.

Descarga el informe completo elaborado por Ostelea, School of Tourism & Hospitality