Alojamiento para empleados: una ventaja competitiva para tu cadena hotelera
Actualmente, ante la alta demanda de personal en el sector turístico, los establecimientos hoteleros deben identificar en qué aspectos pueden diferenciarse de la competencia.
Más allá del factor económico, es fundamental que las empresas turísticas, desde su estrategia de Recursos Humanos, consideren la implantación de un programa de beneficios para sus trabajadores y trabajadoras.
Uno de estos beneficios puede ser, precisamente, el alojamiento. En este artículo veremos cómo emplearlo como ventaja competitiva de tu cadena hotelera, así como sus modelos de implementación o el impacto que puede tener en la rentabilidad del negocio.
Por qué el alojamiento para empleados puede ser tu ventaja competitiva
Imagina que encuentras al candidato perfecto para ese puesto de camarero en tu restaurante a la carta, pero vive a dos horas en coche. O que tienes una candidata que reside en otra comunidad autónoma y no consigue alojamiento. Estos son problemas reales que enfrentan los profesionales de RRHH y que yo misma en mi experiencia en el sector he experimentado.
Una posible solución es habilitar una parte del hotel —habitaciones o apartamentos— para el equipo de trabajo. De esta forma, eliminamos el factor desplazamiento y distancia, facilitando la incorporación y permanencia del talento.
Además, muchas empresas hoteleras cuentan con programas de intercambio de estudiantes, y un valor añadido muy apreciado es que estos futuros y futuras profesionales puedan contar con alojamiento y acompañamiento durante su estancia en el destino. Esto no solo mejora su experiencia, sino que también fortalece la imagen de la empresa como empleadora comprometida.
Más allá del salario, los profesionales valoran condiciones que les aporten estabilidad y bienestar. En este sentido, ofrecer alojamiento no solo resuelve un problema real, sino que se convierte en una palanca de diferenciación para tu cadena hotelero, con el potencial de transformarse en una auténtica ventaja competitiva. El alojamiento puede mantenerse durante todo el año en hoteles con actividad continua, o bien durante las temporadas de apertura en establecimientos con carácter estacional. En ambos casos, se trata de una solución viable y adaptable a las necesidades del personal.
Desde el punto de vista legal y operativo, también es perfectamente factible: los equipos pueden residir en el hotel siempre que existan acuerdos claros y una gestión adecuada.
Y es que, a pesar de no ser una tendencia nueva, ha comenzado a resonar con más fuerza debido al auge del trabajo en remoto, la escasez de vivienda en ciertos destinos turísticos y la necesidad de luchar contra la rotación de personal en el sector hotelero.
El reto para los negocios hoteleros está en no plantearlo como una solución temporal, sino integrarlo como un modelo estratégico de gestión de talento y diferenciador de la competencia.
Hoteles adaptados para vivir todo el año: modelos de implementación
Si se opta por ofrecer este beneficio, es importante que el establecimiento se adapte adecuadamente a él, de manera planificada y funcional. Es recomendable delimitar una zona específica para el alojamiento del personal, que permita a los trabajadores y trabajadoras desconectar de su jornada laboral.
Separar físicamente las áreas de trabajo de las de descanso ayuda a mantener el equilibrio entre la vida personal y profesional, algo fundamental en estos casos. Además, se deben garantizar servicios básicos que aseguren una estancia apropiada y acogedora para nuestros clientes internos:
- Cocina equipada o acceso a un comedor con opciones variadas, para garantizar una alimentación saludable y flexible.
- Zona de lavandería, que permita al personal gestionar su ropa sin depender del servicio del hotel para huéspedes.
- Conexión a internet de alta velocidad, imprescindible no solo para el entretenimiento o la vida personal, sino también en el caso de trabajadores que necesiten estudiar o realizar formación continua.
- Espacios comunes diseñados para el descanso y la convivencia: salas de estar, zonas verdes, gimnasios o incluso pequeñas bibliotecas pueden mejorar el bienestar del equipo y fomentar un clima laboral positivo.
Asimismo, es recomendable establecer normativas internas específicas para la convivencia, como horarios de uso de zonas comunes, normas de silencio o protocolos de mantenimiento, con el fin de evitar conflictos y preservar el orden.
Impacto en la rentabilidad y operación del hotel
El coste de que tu equipo viva en el hotel puede variar en función de los servicios incluidos, la ubicación del establecimiento o el tipo de relación contractual entre la empresa y el trabajador.
En este sentido, el coste no debe entenderse únicamente en términos monetarios, sino como una política de bienestar del equipo y eje estratégico del global del negocio.
Algunas de las opciones más comunes para alojamiento del personal tienen los siguientes planteamientos:
- Una cesión de uso ligada al contrato laboral: sin coste directo para el trabajador, especialmente cuando se trata de personal desplazado o con bajos niveles salariales.
- Un pago en especie: regulado legalmente en muchos países, donde el alojamiento y/o la manutención se valoran como parte del salario bruto. En estos casos, es imprescindible contar con el visto bueno de la Representación Legal de los Trabajadores (RLT) y que quede reflejado en el contrato o convenio colectivo aplicable.
- Un “alquiler simbólico”: cuando el alojamiento se ofrece a un coste reducido, que cubre únicamente parte de los gastos operativos (electricidad, agua, limpieza, etc.). Esto puede aplicarse, por ejemplo, a cargos medios o superiores que valoran el ahorro en vivienda, pero no requieren una cesión gratuita.
Sea cual sea la modalidad, los acuerdos deben formalizarse por escrito y estar alineados con la legislación laboral vigente, para evitar conflictos legales o malentendidos. También es recomendable analizar el impacto fiscal que puede tener el alojamiento en especie, tanto para la empresa como para el trabajador.
En cualquier caso, es fundamental que este coste se evalúe desde el punto de vista de la rentabilidad empresarial a largo plazo: un hotel que ofrece vivienda a su plantilla puede reducir significativamente la rotación, mejorar la satisfacción del equipo y garantizar mayor disponibilidad operativa en momentos de alta demanda.
Conclusión
La posibilidad de que parte del equipo viva en el propio hotel ya no es una rareza, sino una respuesta innovadora y diferencial a los retos actuales del sector.
Implementarla requiere planificación, inversión y una gestión clara, pero también puede convertirse en una solución eficaz para atraer talento, reducir rotación y mejorar la reputación de tu empresa.
Cada establecimiento o cadena hotelera debe valorar si cuenta con la infraestructura, la cultura organizativa y las condiciones adecuadas para dar este paso. Las cadenas hoteleras que lo integren no solo se diferenciarán de su competencia, sino que también construirán un equipo más estable, motivado y alineado con los objetivos del negocio.
La pregunta a plantearse es: ¿está tu cadena hotelera preparada para transformar el alojamiento en una ventaja competitiva real?
Eva Marrero, Responsable de personas en Noray