ITH analiza el Plan PIMASOL

El Plan PIMASOL, a fondo

Los detalles del muy anticipado proyecto del gobierno, el Plan PIMASOL, finalmente se han dado a conocer a principios de este mes, tras la publicación del Real Decreto RD 635/2013 que los recoge. Tal y como el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) ha revelado, el Plan PIMASOL incluye un procedimiento de compra de créditos de carbono de sectores no sujetos al comercio de derechos de emisión, en concreto hoteles, generados por reducción de emisiones por proyectos de inversión. La compra de los créditos de carbono se realizará a través del Fondo de Carbono para una Economía Sostenible (FES-CO2).

 

Es importante subrayar que PIMASOL no es sólo un plan de compra de emisiones de CO2 para hoteles, de hecho, ésta es posiblemente el aspecto más secundario de este programa. Lo relevante de PIMASOL es que es un plan destinado a promover y financiar la adopción de medidas de eficiencia energética para los alojamientos españoles, en dos frentes: la mejora de sus instalaciones a partir de un proyecto de eficiencia energética global, cuyo objetivo es incrementar su nivel de eficiencia energética según los criterios de clasificación CE3/CEX3 en, al menos, dos letras; y la reducción de emisiones, que resulta de la adopción de estas medidas, y que se incentiva mediante la ya citada compra de emisiones.

 

Una iniciativa bienvenida, aunque mejorable

Como explica el director general del Instituto Tecnológico Hotelero, Álvaro Carrillo de Albornoz, “es siempre positivo que la administración pública contribuya con el esfuerzo que el sector hotelero español está haciendo para ser más eficiente y sostenible, aunque es importante que, a la hora de diseñar este tipo de planes y, sobre todo, de determinar sus condicionantes, se cuente con la opinión del sector”. Se trata, según sus palabras, de “responder a las necesidades de los hoteles españoles, en su gran mayoría pymes y hoteles independientes, poniendo en marcha planes que tengan un alcance amplio”; y es que, a pesar de que PIMASOL “es una iniciativa ambiciosa, es mejorable en algunos aspectos”, apunta.

Por ejemplo, Carrillo de Albornoz considera que “los incentivos a la reducción de emisiones son un aliciente menor, especialmente si se ponen en el contexto de la inversión que un hotel debe asumir para cumplir con los requisitos exigidos, de forma que puedan ser adquiridas”. Hablamos de invertir “cientos de miles, incluso millones de euros, para que compren emisiones por valor de 10.000 euros de media”, recalca.

Precisamente a este respecto, y tomando en cuenta tanto la cuantía como los límites de financiación a las medidas, “la complejidad de algunos requisitos y las garantías exigidas, nos hace temer que, al final, sean pocos los hoteles que puedan beneficiarse de estas ayudas, tal y como sucede con otros planes similares como Jessica-FIDAE y las líneas de crédito del ICO”, señaló. Por lo tanto, para ampliar el alcance de este plan, sería recomendable “que se incluya la opción de financiar actuaciones parciales recogidas dentro del plan integral presentado al MAGRAMA, de forma que más hoteles con niveles de inversión limitados en el tiempo puedan acceder a estas líneas de crédito”.

El director general de ITH reflexiona sobre la paradoja entre el alcance de la financiación y las dimensiones de los hoteles que son susceptibles de ser beneficiarios de este plan. “Si más del 70 por ciento del sector hotelero en España son pymes y hoteles independientes, con dificultades para financiar tanto sus operaciones como obras de mejora y actualización de sus instalaciones, las administraciones públicas deben tener en cuenta este factor para adaptar los requerimientos, condiciones y ayudas a la realidad de la hotelería española”, señala Carrillo de Albornoz. Según su opinión, “es imprescindible, en cualquier caso, conocer con exactitud las condiciones y garantías que el Banco Santander, que gestionará las líneas de crédito, pedirá a los hoteles solicitantes para evaluar su alcance y saber cuántos hoteles podrán beneficiarse”.

No obstante, “es una buena noticia para los hoteles españoles, que podrán, a la luz de este plan, estudiar e incorporar medidas concretas en materia de eficiencia energética que, independientemente de que redunden o no en la compra de emisiones de CO2, contribuirán a mejorar sus niveles de eficiencia energética, y por consiguiente, supondrá ahorros considerables en esta partida, que en algunos hoteles es la segunda más importante tras los costes de personal”, concluye el director general de ITH.

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